Un problema que dio que pensar y fué piedra de escandalo para los lectores ilustrados, y sus descendientes, de estos capitulos de la Biblia.
Si la orden de Dios y de Moises es que hay que matar a todos los niños y dejar con vida, para repartirselas, a todas las niñas que no hayan conocido varón,
... ¿ que hay que hacer con las embarazadas ?
El metodo seguido, según se deduce de los textos biblicos, es que hay que masacrar a las embarazadas, sin entrar en averiguaciones sobre el genero de los-as fetos-as.
Dios da muchos detalles en su Libro sobre el cuidado que hay que poner en determinar la calidad correcta de los bueyes, carneros y otros animales que se le deben sacrificar, y que también son cuidadosamente repartidos en esta conmovedora lectura de Numeros 31.
Sobre como deben ser sus cuernos, por ejemplo.
Pero la norma general con las mujeres embarazadas que hay que sacrificar es sacrificarlas.
Solo a veces se detienen los autores inspirados en añadir detalles un poco más truculentos.
No deja de ser curioso, con el interes que hay ahora entre las jerarquias y las cristiandades organizadas por los derechos de los fetos.
Que el Mito original haya tenido o no un episodio real literal,
que sea una recreación historica para apuntalar un proyecto de construcción nacional que excluya claramente a otros grupos de habitantes del nuevo Israel post-exilico anti-samaritano,
que de las bases para rechazar a las mujeres-niños de los otreados,
sigue siendo chocante el valor dado a la vida de niñxs, mujeres y fetos en el Libro.
Y no se diga ni piense que es lo que predicaban las ideologias, filosofias y religiones de la epoca,
que son concepciones de la época.
Por que no es verdad.
Hubo sociedades y religiones y autores, de la epoca y de antes y de despues,
a lxs que repugnó el autoritarismo, la crueldad, la intolerancia, la presunción.
Por qué un Dios más que Bueno más que Listo,
conocedor de todos los tiempos, vidas y modelos sociales,
escojió darse a conocer ahí y así,
es un misterio que supera con mucho lo del nacimiento en un establo
en el pueblo a donde iban sus padres a empadronarse para pagar los impuestos que se supone deberían haber pagado en el pueblo donde vivían y trabajaban.
Me encantan estos libros. Tan baratos, tan sin demanda, tan carne de vertedero de basuras, y tan instructivos.
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