25 febrero 2009

BALAAM, UN JUSTO PROFETA MALDITO.

La historia que cuentan los capitulos 22 -24 de Numeros es era un profeta o "adivino". Su Dios era el Señor. Yahvé le habla y le comunica oraculos certeros, y a él le obedece escrupulosamente, sin dejarse sobornar por dinero, regalos o amenazas.
Es un justo.

Es contratado por el rey de Moab para que les eche una maldición a los hebreos. Los moabitas estan acojonados con motivo, despues de ver lo que hacen Moises y Dios con los pueblos que se van encontrando. Se les ocurre recurrir al arma religiosa, y el profeta tiene fama de infalible y certero. A quien bendice, bendito queda, y al que maldice, la ha bien jodido.

Se niega a responder a la primera oferta, sin antes de consultar a Dios. Como Dios le dice que no vaya, obedece a su Señor y rechaza a los principes y sus dineros. El rey Balaq manda otra embajada, de más categoría, más numerosa. Le ofrecen un cheque en blanco. Y vuelve a responder que no hara nada sin autorización expresa del Señor:
-Ni aunque Balac me diese toda su casa llena de plata y oro, no podría trasgredir la orden del Señor, mi Dios, en ningun detalle, pequeño o grande.
Solo acepta cuando Dios se lo ordena:
-Levantate y vete con ellos, pero haz lo que yo te diga.

Luego viene el famoso episodio de la burra habladora y el angel de la espada. "Iratus est Deus"; enojose Dios; el texto no dice por qué, y el angel tampoco explica nada:
-He venido para oponerme a ti, porque tú camino es perverso delante de mí. Y si la burra no se hubiese desviado,… a ti ya te habría matado, y ella viviría.
-He pecado, porque no he conocido que tú estabas en el camino contra mí –dice el confuso Balaam, sin saber de que se le acusa ni que confiesa -; y ahora, si está mal para tí, me volveré atras.
-Vete con ellos –respondió el angel -. Pero hablaras solo lo que te diga.

El Rey tambien se irrita con el pobre profeta. Cuando, despues de sacrificar terneros y carneros a Dios, profetiza bendiciones para los israelitas y maldiciones tremendas para todos los demas, Balaq oscila entre la incredulidad, la suplica, la histeria y la amenza. Entre los malditos esta el Rey que le ha contratado, y que se esta preparando para la guerra contra el enemigo al que bendice Balaam.
El profeta, con sus santos cojones, aguanta. Si cede, gana fortuna y honor; si es fiel a Yahvé, pone su integridad fisica en grave riesgo. Y el tipo se la juega y se mantiene firme como un perfecto martir; ha dicho que solo haría y diría lo que fuese voluntad de Dios.
Es posible que el episodio del angel ayudé a entender este heroismo. Y que esa fuera el proposito de los portentosos milagros.

La tradición ha preferido suponer, ignorando todo esto, que, aunque se limitaba a obedecer a Dios y rehusaba ser sobornado, en secreto, se movía por codicia. Muy en secreto, en todo caso. Esta acusación le merece una mencion en el Apocalipsis.

Es acusado de no ser ni profeta, ni sacerdote, ni judio.
Las tradiciónes cristiana y judía le acusan de hechicero. Se le compara con Simón el mago y con Caifas. Los targumim se ensañan con el personaje, con tintas tan cargadas que hasta le chismean relaciones sexuales con su burra.

No comparte la condescendencia que se les dió a otros personajes yavistas no-judíos, como Melquisedec (en el grabado de arriba, sacado de http://www.gutenberg.org/ ) y Jetro. Ni siquiera la que recibió el desobediente Jonas o el busca-raons como Job ("busca-razones", en catalan, significa liante, pendenciero).


¿Por qué?
He encontrado algunas explicaciones en el comentario del señor Noth:



En Numeros 31, v.16, se habla de que las mujeres madianitas hicieron pecar a los hijos de Israel por "el consejo de Balaam". Un versiculo "remarkable". "Es altamente improbable que en este pasaje tardio haya restos de alguna variante antigua de la vieja tradición de Balaam "…parece más bien, el resultado de combinar la historia de Baal-Peor en el cap.25, el del pecado con las moabitas, con el capitulo 23, en el que Balaam sube al "alto de Peor".

Los nombres se prestan a confusion. Balaam es hijo de Beor, y vive en Mesopotamia, en un lugar llamado Pethor (Num 22; 5). Balaq lleva a Balaam a hacer su profecia a un lugar llamado "el alto de Peor, y la apostasia con las moabitas tiene lugar en Baal-Peor. (De hecho, en el Targum hay alguna errata evidente con esto).

En algún momento del proceso de redacción, ordenación y revisión de los materiales que sirvieron para hacer el Libro, el versiculo 16 dejo caer la in-famia sobre Balaam.
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